
Cómo el enfoque comunitario de Oikocredit está cambiando vidas donde más importa
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El enfoque comunitario de Oikocredit ayuda a mejorar la vida de las comunidades con bajos ingresos atendiendo sus verdaderas necesidades, colaborando sobre el terreno para lograr un cambio duradero.

Desde hace casi medio siglo, Oikocredit está a la vanguardia de la inversión con impacto social. La misión de la cooperativa es hoy tan relevante como en sus inicios: apoyar a comunidades con bajos ingresos mediante financiación responsable. Pero en los últimos años, los acontecimientos globales han hecho que esta misión sea aún más urgente. El cambio climático, la incertidumbre económica y el aumento de la desigualdad están transformando la vida de millones de personas y exigen nuevas formas de solidaridad y acción. Por eso, Oikocredit ha reforzado su compromiso con una visión audaz y centrada en las personas: el enfoque comunitario.
¿Qué significa “enfoque comunitario”?
El enfoque comunitario de Oikocredit va más allá de la inclusión financiera. Es un modelo estratégico e integral que sitúa a las comunidades en el centro de nuestro trabajo. En lugar de centrarnos únicamente en personas individuales o en beneficios a corto plazo, creemos que el cambio duradero solo se produce cuando tanto las personas como las comunidades a las que pertenecen tienen las condiciones necesarias para desarrollarse en lo social, económico y medioambiental.
Este enfoque complementa nuestro compromiso con las personas, abordando también los entornos que condicionan sus vidas. Así damos vida a nuestra convicción más profunda: invertir en personas significa invertir en las condiciones que les permiten prosperar. El enfoque se lanzó en 2022, pero se basa en el trabajo que desde hace años realizamos junto a nuestras organizaciones socias para generar un impacto duradero.
Reconocemos que la vulnerabilidad económica tiene múltiples dimensiones y raíces sistémicas. Por eso trabajamos a través de organizaciones socias con un fuerte arraigo local, que comprenden bien los contextos sociales, económicos y medioambientales de sus comunidades. Junto a ellas, creamos soluciones que van más allá de la financiación e incluyen aspectos clave como la educación, la vivienda, la salud, la adaptación al clima y mucho más.

Esto implica profundizar en la transformación: no solo ofrecer financiación, sino también trabajar estrechamente con nuestras organizaciones socias para construir resiliencia a largo plazo. A través de nuestras inversiones en inclusión financiera, agricultura sostenible, energías renovables y soluciones climáticas, apoyamos a nuestras organizaciones socias no solo con financiación —mediante créditos e inversiones en capital—, sino también con fortalecimiento de capacidades. Estos tres elementos son el núcleo de nuestro enfoque.
También colaboramos estrechamente con nuestras organizaciones socias para reforzar su impacto, con herramientas como nuestra Encuesta de Autopercepción del Cliente. Todo esto contribuye a una visión más amplia del cambio, en la que las personas y sus comunidades son el centro. Nuestro enfoque comunitario se aplica en todos los sectores, para que nuestras inversiones sean eficaces y estén realmente alineadas con las necesidades y perspectivas de las personas a las que servimos.
Según la metodología centrada en la comunidad, utilizada por organizaciones como Community First Development, este enfoque implica comprender las necesidades de la comunidad, diseñar soluciones conjuntamente, ofrecer apoyo de forma colaborativa y reflexionar colectivamente sobre los resultados.
Cómo trabajamos con nuestras organizaciones socias sobre el terreno
El enfoque comunitario se materializa a través de acuerdos sólidos y prácticos con organizaciones profundamente arraigadas en las regiones donde actuamos. Estas entidades son las que mejor conocen los retos locales y las que pueden co-crear soluciones a medida que mejoren el día a día de las personas. Desde la vivienda y la educación hasta la igualdad de género y la agricultura sostenible, estas iniciativas no son esfuerzos aislados, sino caminos interconectados para construir comunidades más fuertes y resilientes.
En Oikocredit, esto se traduce en acción real y comunitaria:
- En El Salvador, colaboramos con Hábitat para la Humanidad para financiar vivienda asequible, mejorando las condiciones de vida de más de 16.000 familias.
- En Indonesia, trabajamos con Komida para ofrecer préstamos agrícolas adaptados a las necesidades de mujeres con bajos ingresos, fortaleciendo su seguridad alimentaria y su autonomía económica.
- A escala global, con Opportunity International ayudamos a más de 600.000 niños y niñas a acceder a una educación de calidad en zonas desatendidas.
- En Guatemala, apoyamos a Unispice en su labor con personas dedicadas a la agricultura, promoviendo prácticas de cultivo sostenibles y un mejor acceso a tecnología y mercados.
- También en Guatemala, nuestra organización socia COCO ha impulsado la igualdad de género actualizando normativas laborales y apoyando el empleo femenino a través de mejoras legales y sociales.
Estos son solo algunos ejemplos del impacto significativo del enfoque comunitario. Cada caso refleja un compromiso que va más allá del capital: escuchar activamente, generar confianza y crear vías para un desarrollo sostenible liderado por las propias comunidades.
Por qué funciona el enfoque comunitario: conectar el impacto con la vida diaria
La fuerza del enfoque comunitario reside en su capacidad para generar un impacto social real y duradero, atendiendo al conjunto de necesidades de las personas. La experiencia sobre el terreno y las investigaciones confirman que la vulnerabilidad económica no responde a una sola causa, sino a un conjunto de retos interrelacionados: falta de acceso a vivienda digna, agua potable, educación, ingresos estables o resiliencia climática.

Abordar estos retos de forma conjunta genera una base más sólida sobre la que construir. Mejorar un área, por ejemplo, el acceso al agua o a la vivienda, puede facilitar avances en otras, como salud, escolarización o mejora de ingresos.
Por eso trabajamos con organizaciones que actúan en sectores diversos, creando condiciones para que las comunidades no solo sobrevivan, sino que prosperen. La mitad de la población mundial aún no tiene acceso adecuado a agua potable, saneamiento e higiene (WASH).
Un informe de la ONU sobre los ODS (2021) respalda esta realidad: los enfoques integrales son mucho más eficaces para reducir la pobreza que los centrados en un solo sector. En Oikocredit, esta convicción se refleja en cómo seleccionamos y apoyamos a nuestras organizaciones socias.
Cómo nuestra estrategia 2022-2026 refuerza el enfoque comunitario
En 2024, Oikocredit llevó a cabo un balance a medio plazo de su estrategia 2022–2026. Esta evaluación nos ha servido para medir, aprender y refinar objetivos. La revisión reafirmó cuál debe ser nuestro objetivo: fortalecer la resiliencia de las comunidades con bajos ingresos. En un mundo marcado por las crisis, esta misión cobra aún más sentido.

Como explicó nuestra directora general, Mirjam t Lam, en una entrevista reciente, la evaluación de nuestra estrategia también confirmó la importancia de trabajar de forma estrecha con nuestras organizaciones socias y nuestra comunidad inversora, afinando nuestro foco en el impacto a largo plazo. Los resultados reforzaron nuestra apuesta por equilibrar riesgo, rentabilidad y resiliencia en todo lo que hacemos.
Puedes leer la entrevista completa aquí: Adaptando nuestra estrategia para lograr un mayor impacto – Entrevista con Mirjam t Lam.
La revisión dio lugar a:
- Nuevos productos financieros con enfoque comunitario.
- Una mayor implicación de la comunidad inversora, personas e instituciones, a través de seminarios web y otras herramientas de trabajo y transparencia.
- Una estrategia más clara para equilibrar impacto, riesgo y rentabilidad.
Pero lo más importante: la revisión confirmó que nuestro enfoque comunitario no solo es relevante, sino imprescindible. Nos ha dado claridad y confianza para seguir profundizando en esta línea: reforzar los acuerdos locales, promover soluciones impulsadas por las comunidades y medir mejor los resultados. Este alineamiento estratégico garantiza que nuestra misión sea tan inspiradora como realista y cercana a las personas a las que queremos servir.
La misión y la visión de Oikocredit
El éxito de Oikocredit durante las últimas cinco décadas es testimonio de su compromiso con el impacto social. Al dar prioridad al desarrollo comunitario por encima del rendimiento financiero, la cooperativa ha podido apoyar a miles de personas y empresas, demostrando que las finanzas pueden ser una poderosa herramienta de cambio positivo.
Gracias a su enfoque en el impacto social, sus rigurosos procesos de evaluación y su compromiso con la inversión ética, Oikocredit sigue demostrando que el éxito financiero y la responsabilidad social pueden ir de la mano. De cara al futuro, la cooperativa mantiene su compromiso de invertir en un futuro mejor, en el que el capital financiero no solo genere riqueza, sino que también impulse a las comunidades y cree un cambio social duradero.
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