
Escasez de dólares en Bolivia: qué ocurrió y cómo afectó a Oikocredit
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En 2024, Bolivia, donde Oikocredit cuenta con 13 organizaciones socias, se vio inmersa en una grave escasez de divisas extranjeras, especialmente dólares estadounidenses.

En 2024, Bolivia, donde Oikocredit cuenta con 13 organizaciones socias, se vio inmersa en una grave escasez de divisas extranjeras, especialmente dólares estadounidenses. Oikocredit realizó su primera inversión en Bolivia en 2010. La situación se agravó considerablemente a lo largo del año, sacando a la luz debilidades estructurales más profundas en la economía del país y provocando efectos en cadena más allá de sus fronteras, incluso para Oikocredit.
La escasez de dólares y sus consecuencias
Bolivia depende en gran medida del dólar estadounidense para las transacciones internacionales, como el pago de deuda externa o la importación de bienes esenciales. Pero a medida que las reservas de divisas extranjeras del país disminuyeron, el Banco Central boliviano tuvo dificultades para satisfacer la demanda al tipo de cambio oficial.
Este desequilibrio dio lugar a un mercado paralelo en expansión. A mediados de 2024, el tipo de cambio no oficial superaba en más de un 50 % al oficial. En algunos casos, se informó de transacciones en las que el dólar estadounidense se vendía a hasta 10 bolivianos, mientras que el tipo oficial se mantenía en torno a los 6,96.
Esta fuerte disparidad generó retos importantes, especialmente para las organizaciones que operan a nivel internacional. Para Oikocredit, la escasez significaba que las organizaciones socias con préstamos en moneda extranjera, euros o dólares, tenían que encontrar formas cada vez más costosas de convertir los bolivianos obtenidos localmente en la moneda necesaria para devolver los préstamos.
Por qué es importante para Oikocredit
Siempre que es posible, Oikocredit procura conceder préstamos en moneda local. Esto ayuda a las organizaciones socias a evitar riesgos cambiarios y facilita una devolución predecible, especialmente para aquellas organizaciones cuya fuente de ingresos viene determinada completamente en su moneda nacional.
Sin embargo, no siempre es viable prestar en moneda local. En Bolivia, el acceso a mecanismos de cobertura asequibles es limitado, por lo que los préstamos tuvieron que hacerse en euros o dólares estadounidenses. Esto significaba que muchas organizaciones socias, cuyos ingresos eran en bolivianos, tenían que convertir su moneda para poder devolver los préstamos.

Cuando escasearon los dólares estadounidenses o solo estuvieron disponibles a precios muy elevados en el mercado paralelo, el coste del pago se disparó, incluso para organizaciones socias de Oikocredit financieramente sólidas. En algunos casos, simplemente no pudieron acceder a las divisas necesarias, lo que hizo imposible el pago puntual, a pesar de su viabilidad operativa.
Este tipo de presión cambiaria incrementa el riesgo financiero asociado a estos préstamos. A medida que aumentan las probabilidades de retrasos o impagos, Oikocredit tuvo que constituir mayores provisiones: fondos de reserva para cubrir posibles pérdidas. Estas provisiones, aunque son una medida responsable, afectan directamente al resultado anual de Oikocredit.
Y Bolivia no fue un caso aislado. En toda América Latina, países como Perú también vivieron inestabilidad macroeconómica y política en 2024, lo que complicó aún más el panorama de financiación y aumentó el riesgo en toda la región.
Financiación en moneda local: el enfoque de Oikocredit
El enfoque preferente de Oikocredit es conceder préstamos en moneda local. Esto reduce el riesgo para las organizaciones socias y garantiza que sus pagos se realicen en la misma moneda en la que generan ingresos. Es una parte fundamental de la estrategia de la cooperativa para apoyar un impacto financieramente sostenible.
Sin embargo, prestar en moneda local depende de la disponibilidad de mecanismos de cobertura, herramientas financieras que protegen frente a las fluctuaciones del tipo de cambio. Y estas opciones no están disponibles ni son asequibles en todos los mercados.
En contextos donde la cobertura no es posible, Oikocredit puede verse obligada a conceder préstamos en euros o dólares, lo que transfiere el riesgo cambiario a la organización socia. Los marcos jurídicos, los entornos normativos y las condiciones económicas más amplias también influyen en si es viable conceder préstamos en moneda local o extranjera.
En el caso de Bolivia, la combinación de una cobertura limitada y una escasez generalizada de dólares generó grandes dificultades, incluso para organizaciones socias bien gestionadas. Por eso la crisis cambiaria tuvo un impacto tan marcado en las actividades de Oikocredit en el país y por eso la financiación en moneda local sigue siendo una prioridad clave siempre que las condiciones lo permiten.
También fue un año difícil para la agricultura
La crisis de divisas en Bolivia y la inestabilidad regional general se produjeron en un momento en que muchas organizaciones socias de Oikocredit, especialmente en el sector agrícola, ya estaban bajo presión.
La financiación agrícola presenta importantes desafíos debido a las condiciones de mercado cambiantes, los riesgos climáticos y la inestabilidad financiera en muchas regiones. Sin embargo, la agricultura es uno de los sectores con mayor impacto social, ya que apoya directamente a pequeños productores, mejora la seguridad alimentaria y fomenta el desarrollo económico en zonas rurales.
Es uno de los sectores más importantes para el impacto social de la cooperativa, pero también uno de los más vulnerables a las perturbaciones externas. En 2024, estas vinieron de varios frentes:
- Impactos del cambio climático: condiciones meteorológicas impredecibles, inundaciones y sequías afectaron a las cosechas y la producción.
- Volatilidad de los precios de los productos básicos: las fluctuaciones de los mercados mundiales redujeron la estabilidad de los ingresos.
- Inestabilidad regional: las crisis políticas y económicas dificultaron aún más las operaciones en zonas rurales.
Estos desafíos superpuestos, desde la escasez de divisas hasta los extremos climáticos, hicieron que muchas organizaciones del sector agrícola atravesaran dificultades financieras significativas. En respuesta, Oikocredit trabajó con ellas para reestructurar préstamos, ampliar plazos de devolución y aumentar provisiones cuando fue necesario, siempre con un enfoque en la resiliencia a largo plazo.
Este enfoque refleja la estrategia más amplia de Oikocredit para afrontar la incertidumbre: acompañar a las organizaciones socias en tiempos difíciles y al mismo tiempo proteger la sostenibilidad financiera de la cooperativa.
Refuerzo de la estrategia para el futuro
A pesar del buen rendimiento operativo, con unos ingresos de explotación de 85,1 millones de euros, el aumento del riesgo obligó a Oikocredit a realizar provisiones significativamente mayores, especialmente en Bolivia, Perú y el sector agrícola.
Estas provisiones actúan como red de seguridad financiera y son esenciales para una buena gestión del riesgo. Pero también reducen el resultado del ejercicio. En 2024, dieron lugar a una pérdida neta consolidada de 8,1 millones de euros, a pesar de que la actividad principal se mantiene estable. Puedes descargar el Informe Anual de Oikocredit correspondiente a 2024 aquí.
La solidez de Oikocredit sigue siendo firme
A pesar de estos desafíos, Oikocredit mantuvo una situación financiera sólida:
- El valor neto por participación se mantuvo alto: 211,74 euros.
- La liquidez aumentó, reflejando una gestión financiera responsable.
- La cooperativa siguió generando un impacto social significativo en 52 países.
Resumen de los resultados de 2024
- Resultado neto consolidado: Pérdidas de 8,1 millones de euros (2023: beneficios de 1,6 millones de euros).
- Ingresos de explotación: 85,1 millones de euros (2023: 59,4 millones de euros.
- Activos consolidados totales: 1.147,0 millones de euros (2023: 1.156,9 millones de euros).
- Capital total de miembros e inversores: 967,0 millones de euros (2023: 1.000,8 millones de euros).
- Liquidez neta sobre el total de activos: 14,8 % (2023: 11,3 %).
- Valor neto por participación (NAV): 211,74 euros (2023: 214,03 euros).
- Cartera de financiación para el desarrollo: 1.105,3 millones de euros (2023: 1.084,7 millones de euros).
- 487 organizaciones socias en 52 países: 2023, 540 en 52 países.
- Fortalecimiento de capacidades: 151 organizaciones socias actuales y potenciales participaron en 64 iniciativas por un valor de 1,4 millones de euros (2023: 85 organizaciones; 40 iniciativas; 1,0 millones de euros).
- Puntuación media en criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG): 72,2 % (2023: 71 %).
- 46.361 personas inversoras individuales e institucionales: 2023, 48.182.
Planes para 2025
Mientras Oikocredit se prepara para celebrar su 50 aniversario en 2025, lanza la campaña Invierte en Acción Climática. Esta nueva iniciativa, que forma parte del programa Global Learning for Transformation & Advocacy de la cooperativa, tiene como objetivo sensibilizar sobre el impacto desproporcionado de la crisis climática en las comunidades con bajos ingresos y promover la inversión responsable en soluciones de adaptación y mitigación.

Al mismo tiempo, Oikocredit seguirá estableciendo alianzas que aborden los desafíos interrelacionados de la vulnerabilidad climática, la desigualdad de género y la exclusión económica. Con casi cinco décadas de experiencia, la cooperativa sigue comprometida con poner a las personas en el centro de las finanzas, incluso en tiempos de incertidumbre.
En un mundo en el que los países con menores ingresos se enfrentan a un déficit anual de 4,3 billones de dólares para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible —incluidos 1,8 billones de dólares solo para acción climática—, el papel de organizaciones como Oikocredit es más necesario que nunca.
Mirjam ‘t Lam, directora general de Oikocredit, ha declarado: «Nuestras prioridades en 2025 serán encontrar un equilibrio entre impacto, riesgo y rentabilidad; seguir generando beneficios duraderos para nuestras organizaciones socias, las personas con bajos ingresos y sus comunidades, apoyándolas en la construcción de su resiliencia; y seguir ampliando nuestra comunidad inversora, ofreciendo un retorno financiero y social positivo a quienes depositan su confianza en Oikocredit».
La misión y la visión de Oikocredit
El éxito de Oikocredit durante las últimas cinco décadas es testimonio de su compromiso con el impacto social. Al dar prioridad al desarrollo comunitario por encima del rendimiento financiero, la cooperativa ha podido apoyar a miles de personas y empresas, demostrando que las finanzas pueden ser una poderosa herramienta de cambio positivo.
Gracias a su enfoque en el impacto social, sus rigurosos procesos de evaluación y su compromiso con la inversión ética, Oikocredit sigue demostrando que el éxito financiero y la responsabilidad social pueden ir de la mano. De cara al futuro, la cooperativa mantiene su compromiso de invertir en un futuro mejor, en el que el capital financiero no solo genere riqueza, sino que también impulse a las comunidades y cree un cambio social duradero.
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