Estela Mamani Castillo: tejiendo un futuro para su familia y su salud

Historias de Impacto

En Bolivia, miles de mujeres de comunidades rurales e indígenas luchan cada día por sacar adelante a sus familias. Estela Mamani Castillo es una de estas mujeres valientes. Empezó a tejer con solo 12 años, y hoy ha convertido esa habilidad en una fuente de ingresos estable. Pero lo que hace única su historia es cómo, gracias al apoyo de Crecer IFD —socio local de Oikocredit—, ha podido mejorar no solo la economía de su familia, sino también su salud. Esta es su historia de impacto.

Estela Mamani Castillo es una mujer indígena boliviana, madre de cinco hijos/as y abuela, que ha convertido su pasión por el tejido en un medio de vida y esperanza. Desde los 12 años ha perfeccionado su habilidad para confeccionar prendas de ropa para adultos, niños e incluso muñecas. Hoy en día, gracias al apoyo financiero de Crecer IFD, con quien colabora Oikocredit, Estela no solo ha hecho crecer su negocio, sino que también ha aprendido a cuidar mejor de su salud.

La experiencia de Estela muestra cómo la combinación de microfinanzas y educación en salud puede transformar vidas. A continuación, compartimos su historia en primera persona:

Entrevista con Estela Mamani Castillo

¿Puedes presentarte?
Mi nombre es Estela Mamani Castillo, tengo cinco hijos e hijas, y mi hija mayor tiene un hijo. Con mi esposo, somos ocho en la familia.

¿A qué te dedicas?
Tejo ropa para adultos y niños, todo tipo de prendas de punto.

¿Desde cuándo haces este trabajo?
Hago punto desde que tenía 12 años. Tenía una vecina que se dedicaba a eso y yo la ayudaba a coser. Luego, cuando formé mi propia familia, compré una máquina y empecé a hacerlo por mi cuenta. Me resultó más fácil porque ya tenía algo de conocimiento. Hay prendas que son difíciles, así que compraba, por ejemplo, pantalones y los descosía para aprender cómo estaban hechos. También usaba ropa de mi madre como patrones. ¡Incluso hago ropa para muñecas! ¡Tejo de todo!

¿Cómo te involucraste con Crecer?
Una señora que pasaba por ahí me invitó y pedí un préstamo. Al principio pedí 1.000 bolivianos (aproximadamente 136 euros), y ahora pido 20.000 bolivianos (unos 2.700 euros), pero no solo para mí, lo usamos en conjunto con mi esposo y mi hijo.

¿Cómo te sentiste al recibir ese préstamo?
Genial, porque pude comprar lana y una máquina de tejer. Después pedí más y ahora mira hasta dónde he llegado.

¿Qué desafíos tienes todavía?
Quiero, junto con mis hijos, comenzar una pequeña empresa para vender mis productos, promocionarme en Facebook, etc.

¿Puedes describir un día en tu vida?
Cuando me levanto por la mañana, primero ayudo a mi esposo, que es conductor, luego a los niños. Los despierto uno por uno, desayunan, los apuro un poco, y también cocinan, así que nos repartimos las tareas.

¿Cuáles son tus sueños para el futuro?
En caso de que no pueda tener éxito con mi negocio, me gustaría que mis hijos se conviertan en profesionales.

¿Puedes describir tu día libre ideal?
Mi día libre es el domingo. Me gusta compartir el día con mi familia, cocinar algo rico para almorzar y pasar el día juntos. Tal vez ir al mercado.

No has mencionado tus revisiones médicas. ¿Nos puedes hablar de ello?
Antes no me gustaba hacerme revisiones médicas. Tuve a mis hijos en casa con la ayuda de mi madre. Le decía al médico: me puedes mirar, pero no tocar.

Me hice algunas citologías, pero no fui a recoger los resultados. Después de dos años, cuando los recogí, el médico me dijo que tenía cáncer. Me sentí como si me fuera a morir, solo de oír la palabra cáncer, sentí que me moría, tenía miedo por mis hijos. El médico me dio medicamentos, y después de un tiempo se sorprendió porque el cáncer había desaparecido. Desde entonces, nunca más he dejado de hacerme revisiones.

Además, en nuestro grupo de préstamo acordamos una fecha para hacernos las revisiones médicas juntas. Nos animamos unas a otras, y si alguien se pierde una prueba de detección, tiene que pagar una multa de 100 bolivianos (unos 14 euros).

Sobre Crecer IFD, organización socia de Oikocredit

Crecer IFD (Crédito con Educación Rural Institución Financiera de Desarrollo) es una institución financiera boliviana que proporciona servicios de ahorro y crédito a mujeres de comunidades remotas, pobres y vulnerables. Con más de 70.000 clientas, muchas de ellas emprendedoras como Estela, Crecer acompaña el microfinanciamiento con un programa innovador de salud, especialmente enfocado en la detección del cáncer de cuello uterino, una de las principales causas de mortalidad femenina en el país.

Este enfoque integral ha permitido a mujeres como Estela no solo hacer crecer su negocio, sino también acceder a controles médicos esenciales para proteger su salud. Desde 1999, Oikocredit colabora con Crecer para hacer realidad historias como la de Estela, donde el crédito se convierte en una herramienta de dignidad, empoderamiento y bienestar.

Sobre el país

Bolivia tiene una población indígena superior al 40%. La relación que tienen las mujeres indígenas con sus cuerpos es diferente a la de las mujeres occidentales, lo que se refleja en su aproximación a los sistemas de salud occidentales. La mortalidad maternoinfantil de Bolivia es un ejemplo claro de esta diferencia cultural: es la segunda peor de América Latina, solo detrás de Haití.

Las mujeres indígenas no quieren mostrar su cuerpo desnudo ni siquiera a sus esposos, y mucho menos a un médico. Esta situación se agrava por el trato racista que reciben en los hospitales. Como resultado de este racismo sanitario y de una cultura de tabúes, el cáncer de cuello uterino es la principal causa de muerte entre las mujeres en Bolivia.